El Jurásico, que se extiende aproximadamente desde hace 201 hasta 145 millones de años, es uno de los periodos más fascinantes de la era Mesozoica. Durante esta época, la Tierra experimentó importantes cambios climáticos y geológicos que favorecieron la diversificación de dinosaurios, reptiles voladores y los primeros mamíferos. Los fósiles del Jurásico son esenciales para entender la evolución y adaptación de estas especies en un mundo cambiante.
Clima y geología del Jurásico
El Jurásico se caracterizó por un clima cálido y húmedo, con altos niveles de dióxido de carbono en la atmósfera. Este ambiente favoreció extensos mares poco profundos y una gran proliferación de flora y fauna. La fragmentación de Pangea en continentes más pequeños comenzó en este periodo, creando nuevos hábitats y barreras geográficas.
Dinosaurios del Jurásico: gigantes y diversidad
Entre los dinosaurios más conocidos del Jurásico destacan los saurópodos, como el Diplodocus y el Brachiosaurus, famosos por su tamaño colosal y largos cuellos que les permitían alimentarse de las copas de los árboles.
Por otro lado, los terópodos, como el Allosaurus, eran depredadores activos que dominaban los ecosistemas terrestres.
Reptiles voladores y marinos
El Jurásico también vio la aparición y diversificación de los pterosaurios, los primeros vertebrados capaces de volar activamente. Sus fósiles muestran una gran variedad de tamaños y adaptaciones.
En los océanos, los ictiosaurios y plesiosaurios eran los grandes reptiles marinos, con fósiles que revelan detalles sorprendentes de su anatomía y modos de vida.
Flora y primeros mamíferos
Las plantas del Jurásico estaban dominadas por coníferas, helechos y cícadas, que formaban densos bosques que sustentaban a los grandes herbívoros.
Mientras tanto, los primeros mamíferos, pequeños y nocturnos, comenzaban su evolución en un mundo dominado por reptiles.
Importancia de los fósiles del Jurásico
Los fósiles de esta época son fundamentales para entender la evolución de los dinosaurios y sus ecosistemas, así como la transición hacia formas más avanzadas de vida. Las excavaciones en sitios como el Parque Jurásico de Alemania han aportado esqueletos completos y fósiles excepcionales que continúan revelando secretos sobre esta era.