Los fósiles no solo nos cuentan sobre los seres vivos que habitaron la Tierra en épocas pasadas, sino que también son fundamentales para entender la historia del planeta. Gracias a ellos, los científicos pueden datar las rocas y establecer la escala temporal geológica, es decir, el calendario que nos muestra cómo y cuándo ocurrieron los eventos en la Tierra. En este artículo, exploraremos cómo se utilizan los fósiles para datar las formaciones rocosas y qué métodos permiten ordenar la historia de nuestro planeta.
¿Qué es la datación geológica?
La datación geológica es el proceso de asignar una edad a las rocas, sedimentos y fósiles para construir una cronología de los eventos que ocurrieron en la Tierra. Esta cronología ayuda a entender la evolución de la vida, la formación de montañas, volcanes, océanos y cambios climáticos a lo largo del tiempo.
Fósiles guía y su papel en la datación relativa
Uno de los métodos más antiguos y usados es la datación relativa, que consiste en ordenar las capas de roca según su posición: las capas inferiores son más antiguas que las superiores. Para facilitar esta tarea, se utilizan los fósiles guía o fósiles índice.
Los fósiles guía son restos de organismos que vivieron durante un periodo corto pero estuvieron distribuidos ampliamente. Por ejemplo, ciertos trilobites o ammonites son fósiles guía porque permiten identificar y correlacionar capas de roca de la misma edad en diferentes regiones.
Datación absoluta: métodos modernos y fósiles
La datación absoluta proporciona una edad numérica en años y se basa en técnicas como la datación radiométrica, que mide la desintegración de isótopos en minerales. Sin embargo, los fósiles siguen siendo esenciales para verificar y complementar estas fechas.
Por ejemplo, al encontrar un fósil guía en una roca datada radiométricamente, se puede confirmar la edad y ajustar la escala temporal geológica con mayor precisión.
La escala de tiempo geológico
La combinación de datación relativa y absoluta ha permitido construir la escala de tiempo geológico, dividida en eones, eras, períodos y épocas. Cada uno de estos segmentos está definido por eventos geológicos o biológicos importantes, como extinciones masivas o la aparición de grupos de organismos.
Los fósiles son claves para identificar esos límites y entender la sucesión de la vida y los cambios en el planeta.
Ejemplos de fósiles clave para la datación
- Trilobites: usados para datar rocas del Paleozoico.
- Ammonites: importantes para el Mesozoico, especialmente el Jurásico y Cretácico.
- Foraminíferos: microfósiles marinos útiles para períodos recientes.
Estos fósiles, entre otros, son esenciales para la correlación de capas y la reconstrucción de la historia terrestre.
Conclusión: fósiles como relojes naturales
Gracias a los fósiles, los científicos pueden medir el tiempo geológico y comprender los procesos que moldearon la Tierra. Estos “relojes naturales” nos permiten situar los cambios biológicos y geológicos en un marco temporal, haciendo posible la historia completa del planeta que habitamos.